Conoce estas técnicas efectivas de filtro curricular para mejorar la calidad de los preseleccionados
- La Directora

- 29 ago
- 2 Min. de lectura
Revisar currículums puede sentirse como buscar una aguja en un pajar. En medio de cientos de aplicaciones, muchas veces se avanza con candidatos que no cumplen lo necesario… o se descartan perfiles valiosos por falta de tiempo o enfoque.

Un buen filtro curricular no es solo una herramienta de eficiencia. Es el primer gran acto de justicia y estrategia en un proceso de selección: permite invertir energía en quienes realmente pueden aportar valor y crecer dentro de la organización. La preselección no debe ser solo rápida. Debe ser consciente, humana y afinada al propósito.
1. ¿Por qué el filtro curricular es tan decisivo?
Porque el 80% de las decisiones futuras se ven condicionadas por cómo filtras al inicio. Un error común es intentar compensar un mal filtro con más entrevistas, más pruebas o más validaciones… lo cual solo encarece, ralentiza y desgasta el proceso.
Un filtro curricular eficiente:
Reduce el tiempo de contratación.
Mejora la experiencia del candidato.
Aumenta la calidad del grupo entrevistado.
Posiciona al área de talento humano como un socio estratégico.
2. Cinco técnicas prácticas para un filtro curricular más efectivo
A. Define criterios mínimos y excluyentes con claridad
Antes de revisar, establece con el área solicitante qué requisitos son innegociables y cuáles son deseables. No todo lo que “se pide” debe ser filtro automático. Ejemplo: nivel de idioma funcional vs. certificado oficial.
B. Utiliza un sistema de puntuación objetiva
Diseña una matriz simple (Excel, ATS o manual) donde asignes puntajes por criterio clave:
Experiencia en el sector (0-2 puntos)
Manejo de herramientas requeridas (0-3 puntos)
Formación técnica relevante (0-1 punto)
Claridad en el CV (0-1 punto)
La suma total determina si pasa o no a la siguiente etapa.
C. Filtra por contexto, no solo por palabras clave
Evita la automatización ciega. Analiza la coherencia del recorrido profesional, logros alcanzados, progresión de responsabilidades, cambios frecuentes y señales de motivación. Un perfil atípico puede ser el mejor para el reto que necesitas cubrir.
D. Valida alineación con la cultura desde el CV
Aunque no todo se ve en un currículum, hay pistas que indican valores personales:
Participación en voluntariado o proyectos colaborativos.
Carta de presentación con propósito claro.
Estilo de redacción y organización del documento.
E. Complementa con una pregunta de filtro inicial
Agrega en el formulario de postulación una breve pregunta, por ejemplo:“¿Qué te motiva a postular a esta posición? ”Esto ayuda a descartar a quienes aplican de forma masiva sin leer la vacante.
3. Errores frecuentes que debes evitar en la preselección
Dejarse guiar solo por el prestigio de las empresas anteriores.
Descartar perfiles por detalles menores sin evaluar su potencial.
Pasar por alto señales de incoherencia o falsedad.
No considerar ajustes razonables o casos especiales.
El filtro curricular debe ser exigente, pero también humano, flexible y consciente de sesgos.
Conclusión transformacional
Filtrar bien no es un acto mecánico: es una decisión estratégica y profundamente humana. Cuando mejoras tu filtro curricular, no solo optimizas el proceso, sino que también honras el tiempo de las personas, fortaleces tu marca empleadora y elevas la calidad de tu organización.
Pregunta final para reflexión: ¿Qué ajustes puedes implementar esta semana para que tus filtros reflejen mejor lo que realmente buscas y necesitas en tus procesos de reclutamiento?









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